Observación y Análisis de las coberturas realizadas por los diarios Clarín, La Nación, Página 12 y Crítica de la Argentina sobre la crisis registrada entre las entidades patronales del agro y el Estado Nacional, durante el período que abarca del 1 al 15 de junio de 2008.
LA PLATA, 23 DE JUNIO DE 2008 OBSERVATORIO DE MEDIOS DE LA ARGENTINA
APM Agencia Periodística del Mercosur
Facultad de Periodismo y Comunicación Social Universidad Nacional de la Plata (UNLP)
Portal para Estudios en Periodismo y Comunicación (PECyP)
Director: Prof. Víctor Ego Ducrot
Coordinador: Lic. Fernando M. López
Observadores: Lic. Paula Elguezabal, Rocío Cerdá, Catalina Curciarello.
Coordinador: Lic. Fernando M. López
Observadores: Lic. Paula Elguezabal, Rocío Cerdá, Catalina Curciarello.
A título de Observación Testigo, por la intensidad noticiosa del tema relevado, fuera de la muestra y como referencia contextual, se procedió al relevamiento de los espacios de 19 a 22 horas, entre los días 14 y 18 de junio de 2008, de los canales de televisión TN, C5N, Crónica TV y América Noticias.
Este Informe consta de dos cuerpos:
. Conclusiones, que presentamos a continuación.
. Anexo, que incluye Proyecto, breve descripción del modelo teórico y metodológico e Intencionalidad Editorial utilizada por este Observatorio, especificaciones y cuadros con resultados cuantitativos.
Conclusiones
Se registraron:
.Clarín: 151 informaciones de portada o primera plana y 600 en páginas interiores, distribuidas en las secciones que se indican en Anexo.
.La Nación: 156 informaciones de portada o primera plana y 725 informaciones en páginas interiores, distribuidas en las secciones que se indican en Anexo.
.Página 12: 115 informaciones de portada o primera plana y 451informaciones en páginas interiores, distribuidas en las secciones que se indican en el Anexo.
. Crítica de la Argentina: 84 informaciones de portada o primera plana y 397 informaciones en páginas interiores, distribuidas en las secciones que se indican en Anexo.
Si se tienen en cuenta esos totales (indicativos de todos los capítulos informativos abordados por esos medios durante el período de la muestra) y la cantidad de informaciones dedicadas al tema observado, como así también el marcado índice de informaciones “destacadas” entre estas últimas (ver Anexo), se concluye que para los diarios Clarín, La Nación, Página 12 y Crítica de la Argentina el tópico Crisis entre las entidades patronales del agro y el Estado Nacional fue prioritario en sus respectivas agendas.
Esta primera conclusión, previsible y hasta obvia por cierto, debe ser consignada porque nos permite derivar hacia otras que este Observatorio sugiere de atención inmediata por parte del conjunto de la sociedad y de los poderes públicos, en atención a la urgente necesidad de darle cumplimiento al Derecho y Garantía de última generación doctrinaria en materia de legislación internacional sobre Medios de Comunicación:
-el derecho de los ciudadanos, de las ciudadanas y del conjunto de la sociedad como tal, a estar informados y a informar.
.La Nación: 156 informaciones de portada o primera plana y 725 informaciones en páginas interiores, distribuidas en las secciones que se indican en Anexo.
.Página 12: 115 informaciones de portada o primera plana y 451informaciones en páginas interiores, distribuidas en las secciones que se indican en el Anexo.
. Crítica de la Argentina: 84 informaciones de portada o primera plana y 397 informaciones en páginas interiores, distribuidas en las secciones que se indican en Anexo.
Si se tienen en cuenta esos totales (indicativos de todos los capítulos informativos abordados por esos medios durante el período de la muestra) y la cantidad de informaciones dedicadas al tema observado, como así también el marcado índice de informaciones “destacadas” entre estas últimas (ver Anexo), se concluye que para los diarios Clarín, La Nación, Página 12 y Crítica de la Argentina el tópico Crisis entre las entidades patronales del agro y el Estado Nacional fue prioritario en sus respectivas agendas.
Esta primera conclusión, previsible y hasta obvia por cierto, debe ser consignada porque nos permite derivar hacia otras que este Observatorio sugiere de atención inmediata por parte del conjunto de la sociedad y de los poderes públicos, en atención a la urgente necesidad de darle cumplimiento al Derecho y Garantía de última generación doctrinaria en materia de legislación internacional sobre Medios de Comunicación:
-el derecho de los ciudadanos, de las ciudadanas y del conjunto de la sociedad como tal, a estar informados y a informar.
-la vigencia efectiva de ese derecho presume, respecto de los contendidos mediáticos, diversidad de fuentes, actores y sujetos, y equilibrio informativo.
Durante el período comprendido en la muestra y conforme a los datos cuantitativos que pueden ser consultados en el Anexo, los diarios Clarín y La Nación ofrecieron una marcada tendencia a privilegiar como fuentes, sujetos y actores de la información analizada a las cuatro entidades patronales del agro y, consecuentemente, a relativizar no sólo al Estado Nacional sino a otras fuentes, sujetos y actores, como partidos políticos, organizaciones sindicales, movimientos sociales, asociaciones de consumidores, universidades, etc.
Además, conforme a esa metodología de construcción de la noticia, esos dos medios no sólo sesgaron las voces por sectores sino que, según puede constatarse en Anexo, pusieron un marcado acento en un sujeto-fuente-actor determinado: el dirigente de la Federación Agraria Argentina (FAA), Alfredo De Angelis.
En el caso del diario Clarín, esa tendencia tuvo su correlato en la gramática periodística audiovisual empleada por el canal de televisión TN (perteneciente al mismo grupo empresario), observada en la medición breve testigo y referencial señalada en la apertura de este informe:
En cada cobertura en vivo de fuentes gubernamentales, TN recurrió a la partición de su pantalla para informar en paralelo lo que sucedía en los piquetes, cortes de rutas y-o reuniones de las entidades en paro, en la localidad entrerriana de Gualeguaychú, ámbito del dirigente De Angelis.
Ello indica, según el modelo teórico y metodológico de este Observatorio, una clara tendencia no sólo a reforzar el criterio de utilización desequilibrada de fuentes, actores y sujetos de la información, sino a:
Construir un imaginario de doble poder o de doble asentamiento geográfico del poder (el gobierno nacional y Gualeguaychú-entidades en paro), lo cual no condice con la realidad institucional del país.
Esa herramienta de gramática periodística audiovisual se complementó con la utilización recurrente de la expresión “las dos partes” en conflicto, otorgándole así al Estado Nacional, consagrado en la Constitución, un carácter de sujeto privado, toda vez que se lo equipara a la otra “parte” que sí es parte no estatal del conflicto social y político.
En ese sentido puntual, este Observatorio concluye que el diario Clarín, en articulación constatable con el canal TN, procuró instalar en el conjunto de la sociedad el sentido de una crisis institucional de primera magnitud como consecuencia de la supuesta desjerarquización o licuación de las instituciones constitucionales.
Dentro de una misma línea de análisis, llamó la atención de este Observatorio el traslado casi automático de los discursos mediáticos de la dirigente nacional de la oposición política, Elisa Carrió –expresamente alineada con las entidades agropecuarias y fuente, sujeto y actora privilegiada durante la cobertura observada-, hacia los discursos también mediáticos, empleados por los dirigentes de las entidades agrarias.
Por su parte, el diario La Nación recurrió a una gramática de prensa escrita casi idéntica a la de su colega Clarín –sobre todo en la selección de fuentes, sujetos y actores- aunque, desde sus contenidos de opinión, evidenció una tendencia más marcada:
Crítico-descalificadora del gobierno de nacional y sus portavoces, en particular de la presidenta Cristina Fernández y del ex presiente Néstor Kirchner.
Para abundar en el análisis de la cobertura de La Nación reproducimos algunos de los señalamientos formulados por la observación primaria:
En el período relevado, el diario La Nación trabaja sobre un conjunto de temas y conceptos recurrentes.
Para abundar en el análisis de la cobertura de La Nación reproducimos algunos de los señalamientos formulados por la observación primaria:
En el período relevado, el diario La Nación trabaja sobre un conjunto de temas y conceptos recurrentes.
Los indicadores de Intencionalidad Editorial referidos a ese conjunto de temas y conceptos son los siguientes:
Por un lado se menciona siempre que los dirigentes de las entidades del agro deben debatir y decidir qué hacer, mientras que las bases son las más radicalizadas y las que “presionan” para continuar con las medidas de fuerza.
“Fuerte presión de las bases para que se extienda el paro. Las entidades ruralistas decidirán hoy cómo continuará la protesta; el interior, muy duro.” (La Nación, titular de tapa, 2 de junio). Si bien nunca se define quienes forman parte de esa entidad llamada “las bases”, el sentido común tiende a asociarlo con los sectores humildes, y las clases más bajas de la sociedad; por lo tanto, la intención es mostrar que quienes más se oponen y más firmes están en este conflicto no son ni empresarios, ni grandes propietarios, ni los pooles; son los pequeños y medianos productores rurales. No obstante, “las bases” no son consultadas; las fuentes que se utilizan para fundamentar esta idea son las declaraciones de los propios dirigentes rurales.
Un indicador interesante del titular citado, y que será recurrente en otras notas, es el otro sujeto mencionado como “el interior”. A lo largo de las publicaciones este sujeto va cobrando cada vez más relevancia en el conflicto.
“No cede la protesta en el interior” (La Nación, Política, 4 de junio); y las “masivas movilizaciones” en el interior llevan incluso al columnista Joaquín Morales Solá a hablar de un interior “sublevado” (“La peor forma de enfriar la economía”, La Nación, Primera Plana, 4 de junio). Se procura generar la idea de totalidad, globalidad, etc. Es decir, la creación de una imagen en que toda la población, de todo el país (excepto Capital Federal y el gran Bs. As.) está en contra de las medidas y a favor del “campo” en el conflicto. La palabra “sublevación” merece ser resaltada porque conlleva una idea de mayor radicalización y profundización del conflicto.
Otro recurso empleado para mostrar que la protesta se fue masificando y esparciendo por todo el territorio es la mención de cada pueblo que se adhirió al paro; la mención de los distintos sectores que se sumaron; la utilización de cifras (estimativas) sobre la cantidad de actos realizados, la cantidad de gente que concurrió a los actos, etc.; el exceso de detalles genera una idea de protesta masiva y total.
“Córdoba impactó con la movilización de 80.000 personas. Hubo más de 40 actos en la provincia”; “Fuerte adhesión al paro del comercio y de la industria. Se multiplicaron las marchas en el país”; “Cortes de ruta, bronca y tractores en Gualeguaychú. Apoyo de un grupo piquetero al campo”, (La Nación, Política, 3 de junio).
Asimismo, se le imprime a la protesta un carácter nacionalista, patriótico, afirmándose, por ejemplo, que, mientras Kirchner encabezaba una manifestación en la Plaza de Mayo, “la protesta se nacionalizaba”
“Después de una dramática jornada el campo decidió volver al paro”, La Nación, Primera Plana, 15 de junio).
También se evidencian indicadores sobre el rol del gobierno y del sector rural en el conflicto:
Miguens: “la gente está harta de este conflicto”. El titular de la Sociedad Rural pidió “terminar de confrontar”. (La Nación, Política, 1 de junio)
“Néstor Kirchner ordenó tensar el conflicto” (La Nación, Política, 1 de junio)
“El Gobierno comenzó una nueva ofensiva” (La Nación, Política, 4 de junio)
“Luego del llamado de la Iglesia. El campo decidió no extender el paro” (La Nación, Política, 7 de junio)
“Rechaza el gobierno la oferta de Mondino como mediador. Al mismo tiempo, criticó el pedido de "gesto de grandeza" hecho por la Iglesia” (La Nación, Política, 7 de junio)
“La pelea con el campo: no hay diálogo entre las entidades y la Casa Rosada; El gobierno pidió liberar las rutas, pero siguen los cortes” (La Nación, Primera Plana, 14 de junio)
Esos títulos intentan mostrar que es el Gobierno el que inicia las “ofensivas”, “confronta”, “ordena tensar el conflicto” y rechaza los ofrecimientos de los mediadores para solucionar el conflicto. En cambio, el sector rural es el que pide que no se confronte más, el que responde a los llamados pacificadores de la Iglesia. El resultado es la falta de diálogo y se señala, explícitamente, como responsables al Gobierno y, en especial, a Néstor Kirchner.
Con relación a esto último, se reitera en varias notas la idea de que, en realidad, es el ex presidente quien maneja la cuestión con el agro y, además, quien decide en última instancia sobre los temas centrales del Gobierno nacional.
La cuestión del poder merece siempre una mención en cada edición. Se resalta la idea de un poder autoritario, se afirma que Kirchner “adoctrina” a los funcionarios, que en el Partido Justicialista, que es el Politburó del oficialismo, se está produciendo una creciente concentración de poder en manos del matrimonio Kirchner.
“Cristina Kirchner. el cambio que no fue”; “El mismo poder, de otra manera”; “La Argentina y la trampa del maniqueísmo”, La Nación, Suplemento Enfoques, 8 de junio; “El exceso y el defecto del poder”, La Nación, Opinión, 15 de junio).
Asimismo, se reitera en forma constante la palabra “crisis”, para indicar una posible y próxima crisis económica:
“Se generaliza la crisis. Política y economía, afectadas por una crisis que se generaliza” (La Nación, Política, 2 de junio) Se intenta transmitir la idea de que todos los indicadores económicos están empeorando:
“Mercados de Futuros, disconformes” (La Nación, Política, 3 de junio),
“La retracción económica golpea al interior” (La Nación, Política, 1 de junio),
“Algunas cifras indican menor actividad. Bajan las ventas de consumo masivo” (La Nación, Economía, 3 de junio),
“Inversión, recaudación y consumo, afectados por el paro” (La Nación, Suplemento Campo, 7 de junio).
Se le otorga gran espacio al tema del desabastecimiento, con títulos impactantes, que buscan alarmar a la población, e imágenes que refuerzan la idea de que se está viviendo una época de escasez y crisis.
“Las reservas de alimentos se agotarían el fin de semana” (La Nación, Política, 13 de junio)
Un título impactante, alarmante, cuya intención no puede ser otra que la de generar pánico en la población; incluso el término “reservas” tiende a asociarse a un país en guerra.
Las fotos demuestran la “veracidad” de la advertencia: un cartel que dice “cerrado por desabastecimiento” en el frente de un supermercado en Sta. Rosa; las heladeras sin carne del mercado cordobés; y las góndolas sin aceite de un supermercado de Santa Fe. También se utiliza como recurso un itinerario desordenado que recorre distintos puntos del país, evidenciando cómo el problema de la escasez se expande por todo el territorio.
En varias notas se mencionan críticas al modelo económico, principalmente al “excesivo gasto público” que conlleva (en parte por subvencionar y mantener bajas las tarifas de los servicios públicos) y siempre se proponen soluciones de tipo ortodoxo.
“Celestino Rodrigo se busca” (La Nación, Economía, 1 de junio).
El tema de las retenciones se vincula estrechamente con este modelo económico, ya que el excesivo gasto lleva a la necesidad de recaudar más y de ahí las medidas hacia el campo.
También sugieren algunas notas la posibilidad de que esos fondos sirvan, a su vez, para sostener el aparato clientelas del Gobierno
“Celestino Rodrigo...” (op. cit.)
Nada se menciona sobre el propósito que, según el Gobierno, tienen las retenciones: contribuir a una más equitativa redistribución de la riqueza. La intención del diario es mostrar un alto grado de desconfianza y escepticismo con respecto a los anuncios del Gobierno:
“Retenciones: dicen que las usarán para un plan social. Lo anunció la Presidenta; se afectará el excedente del 35% que se retenía a las exportaciones de soja; prometen hospitales, viviendas y caminos; escepticismo de las entidades ruralistas.” (La Nación, Primera Plana, 10
de junio).
Por último, cabe mencionar el interés especial por la figura de De Angeli, el “carismático” -como se lo caracteriza-, interés que llegó a su punto máximo en la edición del 15 de junio, luego de su detención.
En dicha edición, no sólo se lo compara con Perón (uno de los títulos dice “Gracias al Gobierno, De Angeli tuvo ayer su 17 de Octubre”, La Nación, Política, 15 de junio), sino que se lo reconoce como el “símbolo de la protesta”.
Se repiten constantemente las palabras violencia y represión, mientras que la foto más importante en las páginas interiores muestra en primer plano a dos ruralistas cubriéndose como si estuviesen por recibir un golpe. Frente a ellos están los gendarmes con sus bastones. Sin embargo, no se consigna foto alguna con registros de golpes.
Por otro lado, se sugiere que la liberación de De Angeli tuvo que ver con la presión que ejerció la gente en casi todo el país.
“Liberado por esa presión social que llegaba desde todo el país, De Angeli volvió al piquete emblemático a las 18.35” (“Máxima tensión en las rutas luego del arresto de De Angeli”, Política, 15 de junio).
Este Observatorio estima que, según se desprende de los datos registrados en el Anexo, los diarios Página 12 y Crítica de la Argentina se ubicaron dentro de una matriz informativa diferente, más proclive a la diversidad de fuentes.
En ese sentido, fue Página 12 el que manifestó una clara intencionalidad editorial favorable, tanto a las posiciones del gobierno como a contrarrestar los contenidos de carácter cuestionador de la institucionalidad política y social del país, constatados por este Observatorio en las coberturas desarrolladas por Clarín y La Nación.
Para ampliar las conclusiones cualitativas respecto de Página 12, incluimos la perspectiva de análisis surgida del trabajo de observación primaria:
A lo largo del período observado se han registrado algunas constantes en el discurso de Página/12, como los términos que utiliza para referirse al conflicto entre el Gobierno y el campo, y a los actores del mismo. Siempre que se refiere al paro, tanto de los ruralistas como de los transportistas, utiliza el término “lockout” (o en otras oportunidades “boicot”), y al referirse a los actores del sector rural los denomina “empresarios del agro” (igual denominación merecen los transportistas):
“La guerra que no cesa... la CRA y la FA plantean mantener el lockout hasta el jueves" (Página/12, titular de tapa, 2 de junio);
“La Revolución Permanente. Los dirigentes empresarios del agro volvieron a extender el lockout...” (Página/12, titular de tapa, 3 de junio);
“La guerra de los dos lockouts” (Página/12, titular de tapa, 5 de junio);
“Lockout transportista contra lockout agrario. Veinte mil camiones bloquean rutas en protesta contra el paro del agro, que les impide trabajar.” (Página/12, El País, 5 de junio);
“Los empresarios prometieron que el domingo pondrán fin al boicot comercial. Dicen que levantan el lockout, pero todavía sigue” (Página/12, El País, 7 de junio);
“Otro Lockout” (Página/12, titular de tapa, 15 de junio).
El empleo de estos términos conlleva la intención de mostrar que esta protesta está encabezada por los patronos, los grandes propietarios, y por individuos con mentalidad empresarial que comparten el objetivo de querer acrecentar sus ganancias. En última instancia la intención es desacreditar la protesta y desmentir la idea de que las medidas económicas perjudican al sector rural.
La cuestión de las ganancias y de la gran rentabilidad del sector rural es un tema que se enfatizó mucho en estas ediciones, no sólo a través de los textos sino también de las imágenes. Hay dos casos de tapa o primera plana que vale la pena describir por ser claros indicadores de intencionalidad editorial:
Ej.1: Fotomontaje. Se muestran sobre una mesa varios elementos típicos del campo, entre ellos: un mate, espuelas, un facón, y una gran cantidad de dólares. (Página/12, foto de tapa, 4 de junio)
Ej.2: Fotomontaje. En la imagen se ven varios silos desbordados de dólares. (Página/12, foto de tapa, 13 de junio)
Asimismo, con el propósito de reforzar esa imagen de elevada rentabilidad, es que se le dio mucha importancia a dos temas: el de la evasión fiscal del sector rural; y el más reciente, sobre las importantes ganancias que el campo obtuvo de las exportaciones a pesar del lockout.
Los títulos son muy sugestivos y en general tienen un tono irónico:
“Una investigación oficial detectó monotributistas agropecuarios que facturan millones” (Página/12, El País, 1 de junio)
“Lo que falta es amor al pago” (Página/12, titular de portada, 4 de junio)
“El que siembra evasión cosecha intimaciones” (Página/12, El País, 4 de junio)
“Plan de Evasión” (Página/12, El País, 8 de junio)
“4028 millones más” (Página/12, titular de tapa, 13 de junio)
“Los granos siguieron llegando a los puertos” (Página/12, El País, 13 de junio)
Sobre este último tema es posible otra lectura: no sólo se trató de mostrar a través de estas notas que el campo exportó y ganó más que en el mismo período del año anterior a pesar del lockout y las retenciones, sino justamente que exportó. Es decir, mientras el paro se mantiene y genera problemas para otros sectores y para la sociedad en general, ellos siguen vendiendo y haciendo su negocio.
Sobre el tema de la evasión fiscal, cabe mencionar que se utilizan como fuentes los datos e investigaciones de los organismos oficiales (Oncca, Arba,AFIP), que en general no son confrontados con fuentes del sector rural, y cuando lo son el peso informativo y argumental de cada fuente es muy dispar.
Por ejemplo, en la nota titulada “El que siembra evasión...” se cita a un representante del campo que dice que Montoya (Arba) “no tiene información y pega por pegar” y a esto se contrapone toda una serie de datos precisos, donde abundan los números y los detalles, de las investigaciones que está realizando Arba sobre evasión impositiva en el campo.
Sobre la insistencia de este diario sobre el tema evasión puede entenderse por su significado simbólico: mostrar al sector rural como un sector “no contribuyente” dentro de la sociedad, en el sentido literal y figurativo.
A lo largo del período observado se pone el acento, asimismo, en las divisiones y diferencias dentro del sector agropecuario y sus dirigentes, y sus agudizaciones a lo largo del conflicto, señalando por ejemplo cuestiones como la cantidad de horas que estuvieron debatiendo hasta alcanzar un acuerdo; el hecho de que en algunos actos de protesta (como el del 2 de junio) sólo hubiera representantes de una sola entidad; que fueran desobedecidas las decisiones tomadas por la Comisión de Enlace, etc.
Página 12 intentó reflejar que el Gobierno fue quien tuvo disposición al diálogo.
Por ejemplo el titular del 9 de junio (“Lunes sin corte”) señala que mientras el campo levantó el paro, pero otro sector (Gualeguaychú) está pensando en retomarlo, el Gobierno “evalúa cómo seguir las negociaciones”; y en el del 15 de junio (“Otro lockout”) se señala que después de que el conflicto se tensionara “Se generalizaron los cortes y la Mesa de Enlace volvió al lockout y convocó a una jornada de protesta. El Gobierno dijo que está abierto al diálogo pero no a recibir imposiciones”.
También se percibe la intención de deslegitimar la actitud de los manifestantes, así como los medios empleados para la protesta, utilizando recurrentemente palabras como “extorsión” y “amenaza”, y también algunos títulos como “Rutas argentinas tienen dueños privados” (Página/12, El País, 11 de junio).
También resultó evidente el intento de responsabilizar al sector rural, por lo que en un principio fue un “Temor al desabastecimiento” (El País, 7 de junio), luego se definió como “Problemas de abastecimiento” (El País, 11 de junio), y “La amenaza de la góndola vacía” (Tapa, 12 de junio), y terminó en un alarmante “Nos dejan sin comida” (El País, 15 de junio).
Por último, otra repetición constante durante el período observado fue el intento de presentar al sector rural como un sector de derecha, afín a las corrientes más reaccionarias de la cultura política argentina. Para sustentar esta idea no sólo se presentan innumerables artículos (en general de opinión) que enfatizan en “la nueva derecha”, en el intento de “debilitar y someter al poder”, en la “extorsión antidemocrática”, sino que además, cuando se citan fuentes que representan al sector rural, y que no son los dirigentes o los líderes de las protestas, se focaliza siempre en individuos que utilizan términos como “guerrillera” y “montoneros” en forma despectiva, para referirse a la presidenta y al ex presidente, o rememoran la dictadura militar, tienen actitudes xenófobas, creen que los desaparecidos están en Francia, y en el mejor de los casos están en la manifestación por pura casualidad (ver Crónica de un día cortado, Página/12, El País, 8 de junio y Una tarde de cacerolas, Página/12, El País, 15 de junio).
Para ampliar conclusiones respecto del diario Crítica de la Argentina también incluimos consideraciones de la observación primaria.
A lo largo del periodo analizado, el medio busca posicionarse y distinguirse de los otros medios nacionales apelando a que es un periódico que ofrece herramientas para el debate de los problemas de los argentinos. Esta cuestión está presente tanto en las notas como en las imágenes; se pretende hacer notar que no sólo están ciertas voces, sino que se da lugar a personalidades, instituciones y teorías que construyen una mirada diferente sobre los acontecimientos.
Intención que se evidencia en la publicación del día 8 de junio de 2008, bajo el titulo: ¿Quién dijo que no se puede debatir el conflicto? En este caso, aparecen discutiendo las voces de diferentes representantes del gobierno, opositores, ruralistas, intelectuales, Iglesia y dirigentes sociales que
disciernen por qué “llegamos a esta locura. Un debate imprescindible”. En el marco de la denomina Guerra Gaucha por parte del medio, se permite un espacio de expresión para voces de diversos sectores. Busca darse una mirada integral que explique qué sucede.
Otro ejemplo, es el artículo Engordar el chanchito para tener más aguante, publicado el 2 de junio.
En este caso, se explica al lector las características de cada uno de los actores sociales del sector agropecuario. Para agilizar la lectura, se define a cada actor y se da una definición clara y escueta, muchas veces construida desde el sentido común de la gente vinculada al sector del campo.
En la mayoría de los artículos periodísticos hay variedad de fuentes, desde analistas hasta personas que están en el lugar de los hechos. No suele publicarse artículos en los que predomine una voz, incluso en los que no se vislumbra una confrontación de voces hay más de un personaje.
Cabe destacar que en las coberturas de los actos, ya sea del gobierno o de los ruralistas al final de las notas, se presentan diferentes declaraciones de los protagonistas del hecho. Como un compendio de frases claves que definen la posición de quien habla.
Asimismo, a lo largo del periodo hubo varias entrevistas, en las que tanto funcionarios como representantes del sector rural explayaron sus ideas.
El caso más destacado fueron las entrevistas a Aníbal Fernández.
“Confesiones de Invierno de Alberto”, presentaron a un mandatario deprimido, atravesando un momento difícil que a través de sus propias palabras, da cuenta de su posición frente al conflicto. En la titulación se lo define a través de sus propias palabras: “deprimido compongo mejor”, afirma Fernández. Bajada: Dice que la guitarra es su “mecanismo de desahogo” preferido y que su hijo de 13 años le pide que renuncie a su cargo.
Este artículo muestra a un sujeto agobiado por los acontecimientos diarios, que no sólo lidia con los problemas de los argentinos, sino que debe dar respuesta a su hijo que le pide que renuncie. Un hombre que se aferra a su guitarra y que no puede dar respuesta a lo que sucede.
No ocurrió lo mismo con el tratamiento de la figura de Alfredo de Angelis. Este nuevo actor social fue adquiriendo mayor relevancia en las páginas del medio hacia el final del período analizado. Consigue ser una voz preponderante dentro de los artículos y se destaca en varias tapas.
En el artículo “El campo va a traer cola”, todas las citas directas responden a este nueva figura y cabe destacar que es una nota que viene de tapa. Acompañada de imágenes, y de artículos complementarios se logra dar cuenta de la importancia que adquiere esta figura para expresar la necesidad de un sector y confrontar, cada vez con más poder, al gobierno.
Por otra parte, esta confrontación también está enmarcada en las palabras de Eduardo Buzzi, titular de la Federación Agraria.
En la tapa del día 3 de junio, el protagonista es “el campo”. Una imagen dividida que muestra protestas en varios puntos de país, abre el espacio para enfatizar las palabras de representantes de las entidades agrarias y señalar cómo el campo adquiere cada vez más adeptos. La titulación da cuenta de esta intención, presentando como volanta “El campo hizo otra demostración de fuerza y extendió el paro hasta el domingo” y titulando “Vamos a seguir el tiempo que haga falta”.
En este caso cabe destacar que comienza a instaurarse la idea de un partido político del campo. Una nueva oposición al gobierno.
A partir del 4 de junio, un nuevo sector comienza a sonar en los medios nacionales. Se trata de la Iglesia, que a través de un comunicado da cuenta de su posición e intenta adquirir un rol conciliador entre las “partes” en conflicto.
En el artículo referido a esto, además de originarse en la tapa del periódico el tratamiento de las fuentes refleja cierto “contacto” con gente del sector. De diversas maneras, el medio garantiza el acceso a la información. Habla de “la fuente eclesiástica, o fuente episcopal” pero nunca revela ningún nombre. A su vez, rescata las declaraciones del cardenal Bergoglio, quien convocó a la reunión de los obispos.
Paralelamente, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se encontraba en Italia, visitando al Vaticano. Crítica de la Argentina, en su tapa refleja cómo el conflicto del campo extendió las fronteras nacionales.
En ese sentido, el Episcopado hizo un manejo político de los tiempos de la convocatoria extraordinaria: esperó a que Cristina arribe al país –lo hará en el día de hoy– para respetar la investidura presidencial y que no se interpretara la reunión de los obispos como “una conspiración destituyente”. El próximo domingo, Caritas hará su colecta anual para los que sufren “la pobreza y la postergación”, bajo el título “La desigualdad nos duele. Recuperemos la capacidad de compartir”.
Ausente la mandataria, el espacio es ocupado por otros funcionarios que se hacen cargo del conflicto. Ejemplo de ello es el ministro de Planificación Julio De Vido, que se dispone a negociar con las entidades rurales. Si bien en la titulación se habla de propuestas por parte del gobierno, en el cuerpo del artículo periodístico “Julio De Vido en las gateras” es posible encontrar el siguiente párrafo: “Hace semanas que los ruralistas intentan abrir alguna instancia de negociación. Lejos de los discursos incendiarios pronunciados en los piquetes, los dirigentes admitían por lo bajo que no veían un horizonte político de resolución. En los últimos días, ensayaron varios mediadores.
Intentaron con el senador Carlos Reutemann, insistieron con el cardenal Jorge Bergoglio. Ninguno funcionó”.
Ese mismo día, se publica una nota de opinión que inicia su desarrollo en tapa. Se titula Faltan algunas lecturas, ¿no?, y analiza el desarrollo de la mandataria en la cumbre FAO: “La caprichosa costumbre presidencial mostró su peligrosidad en más de un tramo de su intervención, pero sobre todo en el que vaticinó: “Vamos a vivir en este siglo XXI (...) escenas del Medioevo donde tal vez en la puerta de una panadería del Magreb, o en cualquier lugar lejano de África, la gente se agolpe y se muera en busca de un plato de comida”. Al margen de la desgraciada referencia a los “lugares lejanos de África” –impropia de un foro internacional, donde todos los lugares se hallan igualmente cercanos y lejanos–, la Presidenta menoscabó al auditorio al mencionar las hambrunas de ese continente como un fantasma del futuro; les pasaba el trapo a las tragedias de Biafra, de Sudán, de Bangladesh; tiraba a la banquina la escalofriante consigna de los 80: “Pon tu grito en el cielo por Etiopía”. Cierra el artículo con una pregunta irónica: “Con todo respeto: dado que Cristina Fernández nos representa, ¿no sería conveniente que leyera?”.
De manera simultánea, el medio construye la Guerra Gaucha rescatando realidades y situaciones de diferentes puntos del país. Decisión que se manifiesta en el artículo “El pueblo que no tenía piquetes”. En dicha pieza, se hace referencia a un pueblo que no tiene más de cinco mil habitantes y que decidió sumarse a la protesta del campo. Se trata de Beravebú, en el sur santafesino, un pueblo que no tenía piquetes: “El acto en Armstrong los decidió a debutar con un corte propio. Y a perseguir a los camiones que quieren eludirlo”.
Otra de las cuestiones a destacar, es que este tipo de publicaciones, en su mayoría están firmadas, son coberturas realizadas por enviados especiales que en el texto expresan su mirada sobre los hechos. Juegan con las metáforas y se da lugar a un estilo propio según corresponda el caso.
En esta nota, Rodolfo González Arzac describe la situación: ”Cuesta imponer el piquete, la geografía no ayuda. Antes del cruce entre la ruta provincial 93 y la 6 sale un atajo que es una invitación a la picardía de los camioneros. Los productores suben una y otra vez a las camionetas con las rastras y siguen la nube de tierra que dejan los camiones (algo así como el secreto del triunfo).
En el piquete dicen que la plata de la capital no llega al pueblo, que ellos pintan la escuela, construyen el centro de bomberos voluntarios, todo. Que necesitan previsibilidad para meterse en un crédito y comprar una máquina. Y que ellos siempre gastan, nunca esconden. Y que por eso están hace siete días en la ruta en Beravebú, el pueblo que nunca antes nada. Pero que ayer salió en la tele.”
El protagonismo de los cronistas o encargados de realizar diferentes coberturas, también se manifestó de manera en el artículo publicado el día cinco de junio: “Paciencia oriental. La lucha es larga”. Aquí, un cronista pudo infiltrarse en un acto de PJ y rescatar todas las declaraciones del ex mandatario, Néstor Kirchner: “Este cronista pudo comprobarlo también el martes último, cuando presenció el encuentro que estaba pensado únicamente para la militancia K y no para la mirada de los periodistas”.
De esta manera, Crítica de la Argentina se definió como el único medio capaz de mostrar a un Kirchner “auténtico”. El medio dice presentar las declaraciones textuales, hace un listado de las frases más fuertes y da lugar a apreciaciones del cronista. Busca mostrar cómo habla Néstor Kirchner “cuando no hay micrófonos”. Según, Diego Genoud (cronista testigo), la nota es una “guía para entender porqué se niega a negociar”.
A su vez, el medio vuelve a darle un espacio en la tapa a Alberto Fernández, en esta ocasión para que el mandatario defina su posición. Crítica de Argentina otorga un espacio para que el funcionario defina la postura del Gobierno. En la titulación, le da protagonismo al jefe de gabinete y a sus ideas:
Volanta: Entrevista con el jefe de gabinete
Título: La versión de Alberto
Bajada: Dice que el campo aguanta porque los productores “tienen espalda” económica y que sólo habrá diálogo si levantan la protesta. La forma de titulación y las ideas que transmite se contraponen con las declaraciones presentes en el artículo, en el que “Alberto Fernández, asegura que el Gobierno está dispuesto a retornar al diálogo con el campo siempre y cuando se levante el paro. En diálogo con Crítica de la Argentina, Fernández evalúa que la duración de la protesta del agro, que se acerca a los tres meses de extensión, es un indicador de la “riqueza” del sector. “Por eso tienen la espalda para resistir”.
Por otra parte, es necesario destacar el artículo “Piquetes que enrarecen el clima” referido a declaraciones de diferentes integrantes de organizaciones rurales que denunciaron cierta complicidad entre el gobierno y representantes de los transportistas.
Para la puesta en acción de sus respectivos posicionamientos editoriales, los cuatro diarios observados recurrieron a recursos de lenguaje de carácter valorativo, en algunos casos expresos –sobre todo a partir de construcciones adjetivas- y en otros sugeridos, desde el interrogante o haciendo uso de valoraciones previas, indicadas en títulos y contextos.
Circunscrito al período y a la muestra relevada y salvo las excepciones que se manifiestan en este Informe y en su respectivo Anexo, este Observatorio concluye que la sociedad argentina careció de información amplia, plural y de voces suficientes, y alerta sobre la unilateralidad y la utilización de recursos de manipulación, descontextualización y tergiversación que evidenciaron las coberturas de los diarios Clarín y La Nación, en muchos casos lesivas de la institucionalidad del país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario